viernes, 27 de abril de 2012

Texto Camilo Yañez

Santiago de Chile, Enero 2012 

Apuntes y reflexiones sobre la obra reciente de Alejandro Quiroga 

Por Camilo Yáñez

0/ CERO/ DESCRIPCIÓN DE LA ESCENA

Eran cerca de las cuatro de tarde y hacia un calor infernal, habían llegado hace veinte minutos y se encontraban de pie en medio del taller hojeando los últimos cuadernos de trabajo; en sus páginas acumulaba dibujos, fotos de diarios y papelitos sin origen reconocible. ¿Y de dónde viene esta frase?, preguntó y leyó en voz alta “Invocación para eliminar los obstáculos, mi corazón late como todos los corazones pero un breve tiempo, respiro como todos los seres pero por un breve tiempo…” Es una meditación que hago, es muy efectiva, la hago … para ser feliz, señalo el pintor. ¿Porqué no hablas de eso cuándo hablas de tu trabajo? Increpó el amigo. !Porque nadie me pregunta! señaló muy secamente, y luego de un lapsus de silencio, se largaron a reír.
1/ UNO / RECUPERARÉ EL TIEMPO PERDIDO

En 1994 un grupo de tres explotadores realizaron uno de los hallazgos más sublimes y relevantes para la cultura humana; en medio de un paisaje bucólico, en una montaña de piedra y junto al río Ardèche, al sur de Francia, se encontró -escondida y sellada durante miles de años- La Caverna de Chauvet. La importancia de este incalculable descubrimiento, cuyo nombre viene de su principal descubridor Jean-Marie Chauvet, radica no sólo en su belleza tectónica y milenarias estalactitas, sino que además fueron halladas allí, las primeras pinturas conocidas realizadas por el hombre. Su existencia en años duplica las encontradas con anterioridad como Lascaux y Altamira. Al final de la caverna, en la intimidad más absoluta posible y sobre muros ondulantes de rocas, están pintados leones, rinocerontes, osos y caballos en movimiento cuya data es de 32.000 años de antigüedad. Es inevitable pensar -cuando uno ve el documental de Herzog sobre el hallazgo- en la necesidad que siempre ha tenido la humanidad de testimoniar y de cristalizar su existencia de algún modo y por algún medio. Desde que los hombres pisan la faz de la tierra, la pintura, mucho más incluso que la escritura, han acompañado nuestra existencia. Su importancia vital, su capacidad intrínseca, es combinar y conjugar la exterioridad, es decir, lo que está fuera de uno y simultáneamente la interioridad, aquello que habita dentro de uno, en nuestro interior. Ciertamente ese es un asunto vital en la pintura; Gerhard Richter el pintor alemán quizás por eso señala tan vehemente que la pintura es un asunto privado, es decir, un problema íntimo.  
2/ DOS / LA PINTURA COMO OBSTÁCULO

El oficio de la pintura se plantea como una constante dinámica de superación de obstáculos visibles cuyas soluciones y desenlaces pasan muchas veces por asuntos imperceptibles propios de su entramado interno. La cocinería pictórica, su estado de movilidad constante frente a un tema y una paleta alquímica donde afloran sus posible combinatorias, portan un enigma que diariamente el pintor debe superar en su taller. A punta de horas hombre, es decir, a punta de horas de pintura, las pinturas se van resolviendo, se van volviendo reconocibles en su comportamiento material. La estrategia de la pintura no se resuelve en un tema o en la posible traducción de ese tema, sino que se resuelve a la vez en asuntos pictóricos; empastes, y veladuras, valores, colores, formas abiertas y cerradas , el brillo, los semibrillos, opacidades, manchas, borroneados, y fileteados arman una innegable coreografía visual. Todo esto se da en el campo de batalla que es la tela en blanco y el modo en que es aplicado el pincel, cuya fricción logra crear sentido tanto en la pintura misma como en la supuesta imagen que ella representa.

3/TRES / LÍNEA HORIZONTE Y DESOLACIÓN

Alejandro Quiroga obtiene parte de su material para sus últimos trabajos, en el viaje, en la noción misma de viaje, de paso y de transito, de transcurso. También le debe mucho a la línea horizonte, constante y permanente y al paisaje del valle central, a sus arbustos, sus hojas y sus ramas. A la fotografía y al alto contraste gráfico de la forma, inaugurado en la pintura chilena de paisaje, hace más de veinte años, por Enrique Zamudio. De igual manera debe su aprendizaje pictórico a la observación constante del trabajo de pintores y pinturas que han sido medulares y que tintinean sutilmente en sus obras, como El imperio de las luces de Rene Magritte. Los grandes planos de color y la seguridad de su pincelada que viene de alguna manera dada por la pintura alemana con artistas como Richter, Polke, Baselitz, y por Neo Rauch. Hay algo de sus casetas y torres de seguridad que están presentes en cuadros como Railroad Sunset, de Edward Hopper. Quizas también un referente íntimo y menos notorio es Oscar Trepte, el desconocido pintor de origen alemán que vivió en Chile, quien fija y detiene en sus obras desoladas calles de Ñuñoa, melancólicas, con panderetas de cemento, sitios eriazos, árboles podados y días nublados con olor a lluvia.

4/ CUATRO / PRENSA Y BOMBA ATOMICA

Quiroga, durante una largo tiempo ha cultivado cuadernos de trabajo, uno de ellos incluso es la portada de esta misma publicación; en estas bitácoras anota, dibuja y guarda todo aquello que le salta la vista. En algunas de sus páginas por ejemplo aparecen fotos de los diarios, cuyo origen gráfico y trama explora en sus pinturas. Algunas de esas imágenes son desafortunados desastres, como la caída del avión en un archipiélago al sur de chile, fotos de la búsquedas y salvataje en accidentes, imágenes de la tragedia de Antuco o el registro de la desactivación de la bomba nuclear más poderosa de los EEUU. Lo interesante de estos documentos de prensa es que son desposeídos de toda referencia textual dado que no se incluyen los pies de foto. Estas imágenes que son pintadas y repintadas por Quiroga son combinadas en su exposición. Los paisajes en abandono versus las pinturas seudo documentales, comparten una misma paleta y espectro de color. Esta especie de asociación libre, de inquietante sensación de vacío tiene que ver con ciertas preocupaciones del autor que pasan por pintar aquello que siempre esta dejando de ser, dejando de ser lo que era para pasar al recuerdo como posibilidad de nuevo encuentro.

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