viernes, 22 de septiembre de 2017

PAISAJE / MAVI, MUSEO DE ARTES VISUALES DE SANTIAGO. SEPTIEMBRE - NOVIEMBRE 2017



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Mapación en torno al paisaje
Rodolfo Andaur

La primera condición del paisaje es su capacidad
de decir casi todo sin una sola palabra
Konrad Lorenz


La génesis que ha exhibido la pintura de paisaje mantiene una constante relación con una épica textura y, en varios momentos de la historia, ha relucido los rasgos que presentan la versatilidad de la naturaleza. En este sentido, la relación que hemos creado para contemplar el medio ambiente nos muestra sendas reflexiones en torno a la interpretación que hacemos del paisaje y de cómo hemos enfocado su estudio.
Durante las últimas décadas la expresión pictórica ha incluido múltiples medios y significantes. A esto sumamos un sentido por descifrar la existencia humana, lo visible y lo intangible. Todo esto nos lleva a considerar que la pintura es un medio que intenta negar y aceptar el paisaje. El simple acto por capturarlo, con cierta fidelidad, altera el proceso de asimilación que construimos sobre éste.
En medio de estas interpretaciones, me he topado con la principal narrativa que rodea la propuesta expositiva que ha instalado el artista visual Alejandro Quiroga. Un gesto que desprende una serie de fisonomías que están adosadas principalmente a todo lo que engloba el paisaje.
Al recorrer esta exposición, denominada Paisaje, puedo inferir que un artista visual como Quiroga, al pintar, incorpora un relato de su quehacer político y conceptual. Al binomio político y conceptual le sumamos un entorno físico en el que sus texturas, estructuralmente contextualizadas, generan más de una realidad. Junto a esto él nos revela una particular versión de la complejidad que significa somatizar aspectos enraizados en la actual visión que poseemos del paisaje. Es más, estas pinturas y dibujos asemejan las letanías geográficas de un país tan inabarcable, desde el estudio del paisaje, como lo es Chile.
Es de esta manera que las obras aquí presentes desprenden espacios naturales que convergen en una plástica descolorida. Una estética que es recurrente en una época donde el color ya ha sido alterado por la tecnología a pequeña y gran escala. Cabe recordar que el paisaje hace tiempo que ya no es solo presentado como una imagen alegórica, sino que también es trazo y línea que resume, en parte, la naturaleza que enreda al artista en conjunto con los efectos provocados por diversos fenómenos como la gentrificación, el espacio público, el medio ambiente, entre otros. Con estos últimos preceptos, este pintor intenta unir y separar, en varias partes, esta experiencia plástica con el objetivo de profundizar en aquellos entornos que han sido unificados desde su experiencia como un curioso interprete.


Por otro lado, ese espacio natural que ha sido proyectado da cuenta de los infinitos reparos e incertidumbres con las cuales experimentamos el cotidiano. Porque si revisamos estas interpretaciones comprendemos que la plástica ha impuesto ciertas alegorías a través de acontecimientos que fracturan el hábitat y la forma de re-nombrar el espacio desde donde él crea. Es así como esta pintura contiene una fuerte relación con su hábitat, ese que disfrazamos constantemente envuelto con palmeras, parques o espacios baldíos; todos ellos sin excepción van siendo travestidos por el paso del tiempo.
Paisaje, la apuesta expositiva de Quiroga, constata su incansable trabajo para retratar una atmósfera particular que deja huellas indelebles en el actual panorama pictórico chileno. Por lo que al enfrentarnos a sus propuestas construimos un ensayo visual que nace como una necesidad por crear una memoria de lo que observamos. Además éste dialoga con el paisaje como si se tratara de una huella cultural que desde su composición ha sido interceptada por una crisis de interpretación. Es cierto, las marcas de estas obras han trastocado nuestros ojos a través de operaciones simbólicas, esas que al mismo tiempo representan las aspiraciones y desilusiones del artista.
Finalmente este proyecto pasa a formar parte de una plataforma de difusión que aplica otras perspectivas pictóricas para narrar nuestro contexto. Sin duda a través de estas imágenes se re-conoce en el paisaje una variedad de temas y sub-temas que no están estrictamente relacionados a su interpretación. Es por eso que podremos observar un panorama que recoge la mirada de este artista que inscribe otras perspectivas epistemológicas.




Alejandro Quiroga en el MAVI : PAISAJE, MUSEO MAVI                  Septiembre / Noviembre 2017





Alejandro quiroga,  pintor chileno del paisaje contemporáneo, expande la noción de territorio desde un cuerpo geográfico hasta el más amplio concepto de campos de pensamiento. su trabajo evoca lugares físicos, imaginario personal, terrenos metafóricos y ambientes sociales, todo al mismo tiempo.



hay una inmediata sensación de reconocimiento a las no celebradas regiones y vistas en estos paisajes, la cuales hablan a la vez de topografía y la experiencia cultural de Chile. Hay una poderosa reverencia, una conección muy personal, y una súplica constante hacia una responsabilidad medio ambiental.

Aquí somos confrontados a lo prístino,  a la tierra intacta, con el  suelo en que se ha construido.

el mapeo físico y metafórico que el artista realiza  del territorio Chileno, provoca al espectador con temas profundos en la medida que impone una obligación ética a considerar el efecto de la actividad humana, el progreso económico, los desastres naturales, a la vez que celebra la tierra.



Visualmente, Quiroga explota las condiciones áridas que permiten ver largas distancias a la afilada luz , mientras que en otros momentos el primer plano deliberadamente borroso, se cubre con una fina veladura, creando un resplandor inquietante. El trabajo es a menudo abstraído como resultado del movimiento: inspirado por una ifotografía instantánea desde un auto, el movimiento borroso de una cámara en movimiento. Sin embargo, estos paisajes no son fugaces, sino llenos de una presencia deliberada y decidida. Hay oscuridad, nostalgia y fragilidad. Los negros árboles carbonizados y las costas desiertas dan lugar a ráfagas de luz, color, hojas de primavera, árboles florecientes, una casa de aves; Proporcionando consuelo, y en última instancia, esperanza.



Kimberlee Cole, Curadora




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Alejandro Quiroga at MAVI: PAISAJE / LANDSCAPE





Alejandro Quiroga, contemporary landscape painter, expands the notion of territory from a geographic body to the broader concept of thought fields.  His works evoke physical places, personal imaginings, metaphorical terrains and social environments, all at once.



There is an immediate sense of recognizing the uncelebrated regions and vistas in these landscapes, which speak of both the topography and cultural experience of Chile.  There is a powerful reverence, a personal connection, and a steady plea for environmental responsibility.  We are confronted with the pristine, untouched land contrasting with the surrounding constructed ground. The artist’s physical and metaphorical mapping of the Chilean terrain provoke the viewer with profound issues, as it imposes an ethical obligation to consider the effect of human activity, economic progress, and natural disasters, while celebrating the land.



Visually, Quiroga exploits the arid conditions that allow long distances to be seen in sharp light, while at other times the hazed foreground is covered in thin wash, creating an unsettling afterglow.  The work is often abstracted as a result of movement: inspired by a snapshot from a car, the blurred motion of a moving camera.  And yet these landscapes are not fleeting, but filled with a deliberate, purposeful presence.  There is darkness, nostalgia, and fragility.  The black charred trees and deserted coastlines give way to bursts of light, color, spring leaves, blooming trees, a birdhouse; providing solace, and ultimately hope.





Kimberlee Cole, curator




IMAGENES DE LA MUESTRA Y ALGUNAS OBRAS